Un hematoma subdural es una acumulación de sangre entre la duramadre que es la membrana que cubre el cerebro y la aracnoides, una de las capas de las meninges. Un hematoma así constituido se debe a la rotura traumática de vasos venosos que atraviesan el espacio subdural, por lo tanto se produce una separación entra las capas de la aracnoides y la duramadre. Los hematomas subdurales pueden causar un aumento de la presión intracraneal, compresión y daño del tejido cerebral. Un hematoma subdural agudo tienen una mortalidad elevada, por lo que se considera una emergencia médica.[1]
Índice
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Tipos (Clasificación)
- Hematoma subdural agudo: es una colección de sangre recién coagulada con deterioro neurológico agudo debido al aumento de la presión intracraneal.
- Hematoma subdural crónico: la sangre se acumula lentamente y es encapsulada por tejido de granulación fibrovascular. Ocurre con traumatismos mínimos y se observa tanto en pacientes jóvenes como ancianos.
Etiología
La causa más frecuente de la aparición de un hematoma subdural es una lesión cerebral cambiando de velocidad del movimiento de la cabeza, lo cual estira y rompe los vasos subdurales. Los hematomas subdurales son más frecuentes que los hematomas epidurales, los cuales tienden a ser causadas por fracturas y fuerzas lineales traumáticas.[2] [3]
Algunos hematomas subdurales pueden aparecer espontáneamente, sin causa aparente. Los siguientes factores incrementan el riesgo de sufrir un hematoma subdural:
- Traumatismo craneal
- Ser muy joven o de avanzada edad
- Medicamentos anticoagulantes
- Consumo de alcohol durante mucho tiempo
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